

En la calle de San Vicente, en el centro de Valencia, destaca una preciosa marquesina de hierro forjado y vidrio, sobre ella, desde hace un siglo, luce un cartel que anuncia Olympia, este mítico nombre ha dado cobijo a un salón de teatro que poco más tarde, pasó a ser sala de cine y, que muchos años después dejó de proyectar cine para volver a ofrecer funciones de teatro.
El edificio que alberga Teatro Olympia, en el número 52 de la calle de San Vicente, fue proyectado por el arquitecto Valenciano Rodríguez Martín. La brillante fachada de estilo postmodernista es espectacular. El salón de este singular teatro se construyó en el interior del patio de manzana urbano que forman las calles: San Vicente, Maestro Clavé, Músico Peydro y Garriges, todo el conjunto se realizó sobre los solares que en su día ocupaba el antiguo convento de San Gregorio, derribado en 1911 con el fin de urbanizar ésta céntrica zona de la capital.
El Olympia abrió sus puertas como teatro en 1915: “la inauguración de este coliseo había causado gran expectación, no sólo por el deseo de conocer la nueva sala, sino por la clase de espectáculo” (Las Provincias, 1915). El Olympia inauguró con un espectáculo de ópera, Il barbieri di Seviglia, y le siguieron muchas más hasta que el salón decidió programar cine, espectáculo que comenzaba a tener cierto público, y lo hizo, en alternancia con otros espectáculos.
La historia del cine en Valencia está ligada de manera incuestionable a la vida del cine Olympia; de esto será responsable un empresario cinematográfico de gran prestigio: Ángel Pérez de Val, que siendo buen conocedor del proceso cinematográfico, supo programa su salón durante ocho temporadas logrando grandes éxitos con su cartelera.
Un acontecimiento de carácter vital para la cinematografía se produce al finalizar la década de los años veinte: el desarrollo del cine sonoro. Éste irrumpe con fuerza en todo el mundo, y su éxito sin precedentes revoluciona el cine. En todas las grandes ciudades se inicia una fuerte competencia entre los mejores salones para lograr ser el primero en presentar la novedad y Valencia no tardará en disponer de este nuevo invento.
Varios cines de estreno funcionan en Valencia en el año 1930, todos ellos en dura competitividad para lograr atraer con sus respectivas programaciones al público valenciano. El cine sonoro fue una buena excusa para situarse en primera línea de mercado
El cine Olympia fue el primer cine valenciano que presentó una película sonora, el 5 de Febrero de 1930, El Arca de Noé, de Michael Curtiz (1928) producida por la Warner Bross, el equipo de proyección Westerm Electric se instaló en sólo dos días, el 3 y 4 de Febrero, siendo estos días los únicos que no hubo función.
Olympia siguió programando cine muchos años, hasta que dejó de ser cine en 1983 para volver a ser teatro, todavía hoy en funcionamiento.
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